viernes, 20 de junio de 2014

¿Cómo quitan la borrachera en Rusia?


Estaciones antiborrachera

Históricamente, Rusia ha tenido una forma muy particular de tratar a su población de borrachos. A los hombres y mujeres bajo los efectos del alcohol se les envía a lo que en ruso se conoce como vytrezvitek, y que en español se podría traducir como "estaciones antiborrachos".
Esta práctica extendida que empezó a principios del siglo pasado terminó en el 2011, pero las alternativas no convencieron así que el gobierno de ese país ha vuelto a reabrir estos centros de desintoxicación.
Pero, ¿en qué consisten?

El primer establecimiento antiborrachos se abrió en 1902 bajo el nombre de "refugio de ebrios" en Tula, una ciudad industrial a unos 160 kilómetros de Moscú. El fundador fue un médico y filántropo local.
Pero no fue sino hasta el período de la Unión Soviética que estos establecimientos se convirtieron en una institución.

Desnudo, doctor y ducha

Estaciones antiborrachera

La primera estación antiborrachos "moderna", o que se asemejaba mucho a como se las conoce en la actualidad, se inauguró el 14 de noviembre de 1931 en la ciudad de Leningrado, antigua San Petersburgo.

Desde la época soviética y hasta su cierre hace tres años, el sistema funcionó de una forma muy similar. Las vytrezvitek fueron controladas por policías y administradas por personal sanitario.
El procedimiento se repetía una y otra vez: una patrulla de la policía detenía a un borracho con dificultades para tenerse en pie, lo subía al auto y lo llevaba al centro más cercano.
Una vez allí, se registraba al borracho, se le desvestía hasta quedar en ropa interior, lo veía un doctor y lo enviaban a la ducha.
Se suponía que el carnet de identidad, dinero y objetos valiosos -si había alguno- quedaban guardados en una caja fuerte.
Aquellos que necesitaban tratamiento médico, lo recibían en el lugar. A los que intentaban resistirse o iniciar una pelea con el personal o la policía, se les amarraba hasta que se calmaban.

De regreso para la calle

Después del examen médico, el tratamiento y la ducha, el paciente podía dormir en una cama limpia hasta muy temprano en la mañana.
Una vez limpios y sobrios, normalmente con resaca y sin dinero, se les devolvían sus objetos personales y los lanzaban de vuelta al mundo.
Pero este no era el final de la historia. El exborracho pagaba por su estadía y los servicios de la estación.
La gerencia normalmente enviaba una carta, llamada telega, al empleador del "huésped" sobre el comportamiento antisocial de su empleado. Esto podía tener consecuencias muy negativas tanto en la carrera como en las condiciones financieras de la persona.
Los estudiantes tampoco se escapaban de los telega.
La manera de evitar estas cartas era usando un método tradicional ruso: soborno a los jefes de la estación antiborrachos
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Estaciones antiborrachera
En siete décadas, millones de rusos y rusas pasaron por las estaciones antiborrachera.
Este soborno podía ser una inofensiva suma de dinero o, más común, alguna botella cara de alcohol.

Al hospital

Tras cerrar estas estaciones antiborrachos, las autoridades comenzaron a enviar a los ebrios a las salas de emergencias de los hospitales.
La primera parte del procedimiento es la misma, pues los policías deben recoger a los borrachos en las calles. Pero ahora, ellos terminan junto a los pacientes de otros males.
Policía rusa
La policía comenzó a trasladar a los borrachos a emergencias.

Y si se echa un vistazo a una sala de emergencia en cualquier hospital de Rusia un domingo por la tarde, se ve un camión cargado de individuos magullados con manchas de sangre y suciedad.
Más allá de cómo se ven, todos tienen algo en común: olor a alcohol (y muchas veces combinado con orina), sobre todo, del más barato.
Pero los borrachos, con frecuencia, son propensos a agredir y atacar al personal de los hospitales, que en su mayoría son mujeres.

Fue debido a este panorama que el Ministerio del Interior y el de Protección de la Salud de Rusia decidieron reabrir las estaciones antiborrachos.
En marzo de 2014 empezaron con el lanzamiento de estos centros en las ciudades de más de 100.000 habitantes.

Otra de las razones se debe a que el crimen perpetrado por borrachos en 2013 se incrementó, así como el número de accidentes fatales de tránsito causados por conductores ebrios, a pesar de las duras multas.

Además, la cámara baja del parlamento ruso, la Duma, ya había sugerido en septiembre pasado restablecer estos centros debido al aumento de los casos de muerte de borrachos en las estaciones policiales.

En las películas

El Maratón de otoño

En la película El Maratón de otoño se retrata las estaciones antiborracheras.
En las siete décadas que las estaciones antiborrachos estuvieron abiertas, millones de hombres y mujeres vivieron la experiencia de haber sido desintoxicados en estos centros. Sus experiencias se convirtieron en la trama de varias películas rusas y soviéticas.
Una de ellas es "El Maratón de otoño", una triste historia de amor, adulterio, amistad, conflicto generacional y dignidad profesional. Trata de un profesor danés de literatura rusa y traductor de Dostoyevsky llega a Leningrado para trabajar con un colega ruso.
En un día de otoño, los dos académicos, junto a su compañero de tragos, un plomero, toman vodka. Después, el trío sale a un bosque cercano a recoger hongos.
El anfitrión se aburre y se marcha a casa. El danés y el plomero continúan la juerga hasta que el extranjero termina en una de estas estaciones.
Su colega ruso, alertado por el plomero, se apresura a liberar al danés que más tarde comenta que la experiencia fue una excelente oportunidad para aprender una gran cantidad de jerga rusa.
Tradicionalmente, la experiencia en la estación antiborrachera se recrea en las películas rusas con una triste simpatía hacia las almas buenas... aunque perdidas.

Estación antiborrachera

Fuente: BBC Ciencia

viernes, 13 de junio de 2014

¿Puede internet mejorar nuestra salud?


Una mujer ve un computado portátil
Expertos tratan de aliarse con internet y las redes sociales para hacer una revolución en el sistema de atención médica.

Cuando un psiquiatra al que se le había pedido que acudiera a la casa de una paciente de 12 años -que se encontraba muy angustiada- llegó, se encontró con la habitación de la niña cerrada.
La pequeña se negó a salir. Su argumento era que no creía en los doctores y que él no era la excepción.
El médico le pidió que, por medio de su teléfono inteligente, lo buscara en el sitio de internet iWantGreatCare (Quiero un Gran Cuidado).
El sitio fue creado para permitirles a los pacientes dar su opinión sobre los doctores y calificar su atención.
En ese sitio web se podían leer los comentarios que los pacientes adolescentes del psiquiatra habían publicado sobre él.
Ver lo que personas de su edad habían escrito fue lo que finalmente la persuadió a abrir la puerta.

Poder

"Hay mucho más que decir sobre una enfermedad que lo que el experto médico tiene que decir"
Lucien Engelen, Universidad Radboud Nijmegen
Este es un ejemplo de cómo internet les está dando a los pacientes un poder que antes no tenían y también es un ejemplo de cómo internet cambiará la relación entre médicos y pacientes, indicó Neil Bacon, el médico detrás del sitio web.
Su objetivo es crear un sitio en el que la voz colectiva de los pacientes y los consumidores de los servicios de salud sea el guardián del sistema sanitario y no los reguladores tradicionales.
El doctor Bacon, un especialista de riñón, es uno de los miembros de la nueva generación de doctores conocidos como "doctores emprendedores".
Concibió la red social para doctores británicos Doctors.net.uk y después desarrolló iWantGreatCare, un sitio en internet que les permite a los pacientes opinar sobre cada médico que los ha tratado y dar una evaluación.
"Es la voz del paciente la que tiene que brillar y la que va a ofrecer transparencia y calidad en todo el sistema de salud social", indicó.
El sitio, que indignó a algunos doctores cuando fue lanzado en 2008, ha unido fuerzas con una organización de caridad dedicada a apoyar a los pacientes con VIH/Sida, The Terrence Higgins Trust.
En Reino Unido, por ejemplo, pacientes VIH positivos pueden sentir una gran angustia cuando les toca escoger a su médico de cabecera y a su dentista. Les preocupa la estigmatización que puedan llegar a sufrir y la confidencialidad con la que sus casos serán tratados, indicó Garry Brough de la organización The Terrence Higgins Trust.
Una de sus propuestas es que pacientes con VIH puedan trabajar juntos para crear recomendaciones de "oro" sobre el cuidado de personas con el virus. Eso se logrará, asegura, por medio del diseño de "una base de datos nacional de servicios de alta calidad para personas con VIH alimentada por los propios usuarios".

Compartir

La idea de darles poder a los pacientes a través de internet ha sido probada en otras partes de Europa.
En Holanda, Lucien Engelen, director del centro de Remodelación e Innovación de la Universidad Radboud Nijmegen investiga cómo las nuevas tecnologías pueden mejorar la atención médica.
Uno de los proyectos es "AYA4: toda la información que habías buscado" y está dedicado a pacientes jóvenes que padecen cáncer. En esa plataforma online, ellos pueden hablar sobre sus problemas de salud y enviarle preguntas médicas directamente a un oncólogo.
Engelen señaló que, al igual que sus doctores, los pacientes y sus familiares también son expertos en una enfermedad en específico.
"Los roles no sólo están cambiando, sino que se están volteando", explicó. "Hay mucho más que decir sobre una enfermedad que lo que el experto médico tiene que decir".
De acuerdo con Engelen, en la era de la democratización de los medios de comunicación y de la primera generación de Facebook, la medicina está empezando poco a poco a ponerse al día con otras industrias como las de la música y los viajes, ambas profundamente afectadas por internet.
"Lleva un poco más de tiempo, pero causará exactamente el mismo impacto y quizás mucho más. Una vez se vuelva masiva, tendrá un gran valor", añadió el doctor.

Fuente: BBC

lunes, 9 de junio de 2014

Respuesta a tratamiento de obesidad estaría en sistema inmune


Dos estudios podrían abrir la puerta a nuevos tratamientos para la obesidad y las enfermedades metabólicas relacionadas, como la diabetes

La respuesta al tratamiento de la obesidad podría estar en nuestro sistema inmune
FOTOLIA
La obesidad y la diabetes se han convertido en una pandemia mundial
Olvídese de dietas, de pasar hambre o de hacer ejercicio. La respuesta a la obesidad, una epidemia mundial que está causando alarmantes índices de diabetes y de enfermedades cardiovasculares, puede tener un nuevo tratamiento: la respuesta puede estar en nuestro propio sistema inmunológico.
Dos estudios independientes publicados en la revista «Cell» revelan un importante papel de la vía inmunológica en la activación de los dos tipos de grasa corporal buena, la llamada grasa ‘marrón’ y la ‘beige’: estos dos tipos de grasa son capaces de quemar las calorías almacenadas y, de esta manera, reducir el peso y mejorar la salud metabólica. Los hallazgos, subrayan los investigadores, podrían abrir la puerta a nuevos tratamientos para la obesidad y las enfermedades metabólicas relacionadas, como la diabetes, algo muy necesario en esto momentos.
La teoría es bastante sencilla, pero sorprendente: «la idea de que la salud metabólica se puede mejorar mediante la activación de las células inmunes de la grasa es bastante increíble», reconoce uno de los investigadores, Bruce Spiegelman, del Instituto del Cáncer Dana-Farber y de la Facultad de Medicina de Harvard (EE.UU.). Según el experto, las nuevas investigaciones podrían servir para desarrollar una nueva clase de tratamientos para los trastornos relacionados con la obesidad.
No es la primera vez que se habla de la grasa parda o marrón como una vía para tratar la obesidad. La grasa corporal, aunque odiada, es esencial para mantener el equilibrio energético y ayudar a regular la temperatura del cuerpo. Pero no toda la grasa es igual. El metabolismo cuenta con dos tipos de tejido graso: un tejido adiposo blanco que almacena calorías «extra» y el marrón, una grasa «buena» que quema energía para mantener la temperatura adecuada.
Se sabe que los bebés humanos tienen grandes cantidades de grasa marrón que generan calor para protegerlos del frío extremo; recientemente se ha descubierto que los adultos retenemos pequeñas cantidades este tipo de grasa que conforman un subtipo conocido como grasa 'beige'. También se sabe que la exposición al frío o el ejercicio físico pueden activar la grasa marrón o la beige, y de esta forma quemar las calorías almacenadas y proteger así a los mamíferos de la hipotermia, pero también frente a la obesidad y a los problemas metabólicos. Sin embargo, a pesar de su potencial terapéutico para una serie de situaciones, apenas había información sobre las vías moleculares que desencadenan la formación de estos tipos de grasa ‘buenos’.

Exposición al frío

El equipo de Spiegelman y Rajesh Rao se centró en una proteína recientemente identificada, la PGC-1alpha4. Dicha proteína promueve el crecimiento muscular en respuesta al ejercicio. Y los investigadores descubrieron que la proteína PGC-1alpha4 estimulaba la secreción de una hormona –Metrnl-, que se libera en el torrente sanguíneo y se genera en el tejido muscular después del ejercicio físico y en el tejido adiposo después de la exposición al frío de los ratones.
Los investigadores explican que al convertir la grasa blanca en grasa marrón o en beige, Metrnl aumentaba el gasto de energía y mejoraba la salud metabólica en ratones diabéticos obesos. Dicha hormona, apuntan los investigadores, podría ser adecuada para desarrollar una nueva terapia para el tratamiento de la obesidad y la diabetes: el mecanismo de acción actúa a través de la activación de moléculas inmunes -interleucina-4 e interleucina-13- y de las células inmunes –macrófagos- localizadas en el tejido graso.

Sistema nervioso

El otro trabajo que también publica «Cell» aporta todavía más información sobre el papel de la respuesta inmune y la obesidad. El grupo de Ajay Chawla, de la Universidad de California-San Francisco (EE.UU.), publicó en 2011 en estudio en «Nature» en el que se demostraba que el sistema inmunológico activaba la grasa parda en respuesta al frío. Y ahora ha identificado el proceso molecular que activa la grasa beige en los ratones, una información que revela cómo el sistema inmune y el sistema nervioso colaboran para estimular la formación grasa beige.
Pero además los investigadores encontraron que los ratones con una alteración en este proceso de señalización del sistema producían menos grasa beige y, por tanto, hacían un menor gasto energético, pero no eran capaces de mantener su temperatura corporal en ambientes fríos en comparación con los ratones normales. Por el contrario, cuando se trató a los animales con interleucina-4 observaron un aumentó en la formación de grasa beige, una reducción de peso corporal y la mejora de la salud metabólica en los ratones obesos.
Este nuevo papel del sistema inmune ha causado sorpresa entre los expertos. «Va en contra del dogma establecido», afirma Chawla porque siempre se ha creído que metabolismo de los nutrientes y la energía estaba bajo el control del cerebro y el sistema endocrino. Después de haber identificado la vía celular y molecular que regula el desarrollo de la grasa beige, señala este experto «ahora es el momento de investigar sobre si cualquiera de sus componentes puede estimular el gasto calórico y servir para tratar la obesidad».

Fuente: abc salud