miércoles, 29 de febrero de 2012

En forma con tres minutos de ejercicio a la semana

Ejercicio en bicicleta estática

Unos pocos pero muy intensos minutos de ejercicio a la semana pueden generar beneficios equivalentes a los de horas y horas de gimnasia convencional.
Eso es lo que aseguran investigadores británicos, que sin embargo aclaran que la cuantificación de los beneficios depende de la genética del individuo.
Esta aparentemente escandalosa afirmación se sustenta en años de investigación de equipos de científicos de diferentes partes del mundo. Entre ellos, el del profesor Jamie Timmons, biólogo de la Universidad de Birmingham.
En Centro de Entrenamiento de Alta Intensidad del Reino Unido, Timmons asegura que con estos tres minutos en cuatro semanas se pueden dar mejoras significativas en algunos de los más importantes indicadores usados para medir el estado de salud.
El primero, la sensibilidad a la insulina, la hormona que retira el azúcar de la sangre, controla la grasa y cuya falta es responsable de la aparición de la diabetes.
Según Timmons, las investigaciones de diversos centros muestran que 240 segundos de muy intensa actividad física mejoran la sensibilidad de la insulina en un 24%.
La segunda mejora es la de la capacidad aeróbica, medidor del estado del corazón y pulmones, responsables de distribuir el oxígeno por el cuerpo, una excelente vara de medir la salud futura. ¿Por qué? "La respuesta simple es 'no lo sabemos'. Lo que sí sabemos es que se trata de una herramienta muy potente para predecir la salud futura", responde Timmons.
Cuando uno lee esto de que se puede estar en forma con sólo tres minutos de ejercicio a la semana, lo natural es que se disparen las incredulidades. Por eso lo mejor es probar, y fue lo que hice.

Prueba genética

Así que mejorar la sensibilidad de la insulina la capacidad aeróbica supondrá una mejora del estado de salud en general. Aunque Timmons reconoce que el asunto tiene un pero: hay una posibilidad de que su fórmula no sirva para la tal mejoría en el caso de que se tenga una herencia genética inadecuada.
Lo cierto es que las personas responden al ejercicio de maneras muy diferentes.
Michael Mosley
Son sólo tres minutos, pero los más intensos.
Un estudio internacional, puso a 1.000 personas a ejercitarse durante cuatro horas a la semana durante 20 semanas. Midieron su capacidad aeróbica antes y después, y los resultados fueron muy llamativos.
Aunque el 15% de la muestra hizo grandes avances, el 20% no mostró mejoras, los que no responden al ejercicio.
No hay evidencias de que estos que no respondieron no se estuvieran ejercitando adecuadamente, fue simplemente que el ejercicio no les sirvió para ganar capacidad aeróbica.
Timmons y sus colaboradores estudiaron las causas de estos efectos diferentes y descubrieron que la clave estaba en unos pocos genes.
A partir de ahí, desarrollaron pruebas genéticas para poder prever quiénes no iban a responder a los ejercicios.
Me hice las pruebas y comencé el régimen de ejercicios: tres minutos a la semana.

Acelerador a fondo

En realidad es bastante simple, te subes a una bicicleta estática, calientas y después a fondo durante 20 segundos. Un par de minutos para tomar aire, y de nuevo al máximo por 20 segundos. Y listo.
¿Cómo funciona? Según Timmons y otros investigadores, parte de la explicación, probablemente, es que se emplea más tejido muscular que en un ejercicio aeróbico tradicional.
Cuando alguien se ejercita con esta fórmula, no sólo emplea los músculos de las piernas, también los del tronco, brazos y hombros, así que se activan el 80% de las células musculares, comparado con el 20% a 40% que activa una caminata de intensidad moderada.
El ejercicio activo también parece quebrar las reservas de glucosa, depositadas en los músculos como glucógeno. Eso da pie a que se cree más espacio para recoger más glucosa de la sangre.
Con bastante escepticismo acudí a las sesiones a lo largo de cuatro semanas. En total, 12 minutos de ejercicio a la máxima intensidad y 36 minutos de gentil pedaleo.
Después acudí al laboratorio para comprobar los resultados. La sensibilidad a la insulina mejoró en un destacable 24%, lo que resultó muy satisfactorio. Sin embargo, mi capacidad aeróbica no creció.
Sin embargo, Timmons no estaba sorprendido. Con las pruebas genéticas en la mano ya sabían que estaba en el grupo de quienes no responden al estímulo y que por más ejercicio que hubiera hecho, mi capacidad aeróbica jamás mejorará.

Fuente : BBC SALUD

martes, 28 de febrero de 2012

¿Por qué dejar de fumar engorda?

El dato está ahí y asusta: el 70% de las personas que dejan de fumar engordan. La culpa la tiene la nicotina, que actúa sobre una enzima relacionada con el apetito y el gasto energético.
Un grupo de investigadores españoles han realizado un estudio para descubrir por qué el tabaco hace que perdamos peso. ¿El objetivo? Crear un fármaco que funcione de la misma manera con el que tratar la obesidad, pero sin sus efectos nocivos.
Centrados en la estrecha relación que existe entre tabaco y peso corporal, investigadores de la Universidad de Santiago de Compostela han descubierto por qué cuando dejamos de fumar engordamos.

La protagonista: la nicotina

El principal componente adictivo del tabaco también es el encargado de acabar con el hambre y ayudarnos a perder peso.
Viendo el efecto que produce la nicotina en nuestro cerebro, se ha comprobado por qué el tabaco adelgaza.
La clave está en la enzima AMPK, que se encarga de metabolizar la grasa y actúar en el hipotálamo inhibiendo en gasto energético y estimulando la ingesta de comida.
Los investigadores han comprobado que la nicotina adelgaza porque inactiva la acción de esta enzima en una región cerebral concreta.
El resultado es que comemos menos y gastamos más, porque se pone en marcha la llamada grasa parda o grasa marrón, encargada de quemar la grasa blanca para elevar la temperatura del cuerpo, y acelera el metabolismo.
Cuando dejamos de fumar y la nicotina deja de actuar en nuestro cerebro, se vuelve a engordar. Por lo tanto, este estudio deja la puerta abierta a la creación de nuevos fármacos que ayuden a tratar la obesidad
 
Fuente: .atractivas.es

lunes, 27 de febrero de 2012

La diabetes tipo 1 podría desarrollarse más lentamente de lo que se pensaba

Un estudio halla un declive gradual en la producción de insulina, lo que podría ampliar las opciones de tratamiento


Imagen de noticias HealthDay 
La producción de insulina podría continuar durante décadas tras el inicio de la diabetes tipo 1, según un estudio reciente. Los hallazgos añaden a la creciente evidencia de que el periodo de tratamiento tras el inicio de la enfermedad es mayor de lo que se creía antes, apuntaron investigadores del Hospital General de Massachusetts (MGH).
"Tradicionalmente, se pensaba que la función de las células beta cesaba por completo en los pacientes de diabetes tipo 1. Sin embargo, los datos de este estudio y otros sugieren que el páncreas sigue funcionando a cierto nivel incluso décadas tras el inicio de la diabetes tipo 1", señaló en un comunicado de prensa del hospital la líder del estudio, la Dra. Denise Faustman, directora del Laboratorio de Inmunología del MGH.
Las células beta son un tipo de célula del páncreas que producen y almacenan insulina.
Los investigadores analizaron muestras de sangre de 182 pacientes de diabetes tipo 1 y hallaron que la producción de péptido C puede continuar durante décadas tras el inicio de la enfermedad y sigue respondiendo a los niveles de glucemia. El péptido C es un marcador sanguíneo de la secreción de insulina y la función de las células beta.
Los niveles de péptido C eran más bajos en pacientes que habían tenido diabetes tipo 1 durante más tiempo, pero la reducción fue gradual y no el declive súbito que se creía que ocurría en los pacientes de la enfermedad.
Incluso entre los pacientes que han sufrido de diabetes tipo 1 durante 31 a 40 años, el diez por ciento seguían produciendo péptido C y el funcionamiento de las células beta seguía intacto a niveles muy bajos de péptido C, según el estudio que aparece en la edición de marzo de la revista Diabetes Care.
Los investigadores afirman que los nuevos hallazgos sugieren que los pacientes de diabetes tipo 1 con niveles bajos de péptido C o enfermedad avanzada podrían beneficiarse de nuevos tratamientos para preservar o fomentar la función de las células beta.
"Nuestros resultados contribuyen al creciente cuerpo de evidencia que sugiere que podría haber una ventana de oportunidad más amplia para intervenciones terapéuticas, y también podrían ayudar a explicar la restauración pasajera de la producción de insulina que observamos en pacientes que recibieron BCG (el nombre genérico del fármaco bacilo de Calmette-Guerin) en nuestro ensayo clínico en fase 1", apuntó Faustman.

Artículo escrito por HealthDay, traducido por Hispanicare
FUENTE: Massachusetts General Hospital, news release, Feb. 21, 2012
HealthDay

domingo, 26 de febrero de 2012

El mito de dormir ocho horas

En la cama

A menudo, despertarse en mitad de la noche causa ansiedad.
A menudo nos preocupa quedarnos desvelados durante la noche, sin saber que eso podría ayudarnos. Tanto la ciencia como la historia parecen confirmar cada vez más que ocho horas de sueño podrían ser antinaturales.
A principios de la década de los '90, el psiquiatra Thomas Wehr realizó un experimento en el cual se dejaba a un grupo de personas en la oscuridad durante 14 horas cada día durante un mes.
Hizo falta tiempo para que el sueño se regulara, pero para la cuarta semana los individuos habían adquirido un patrón muy diferente: primero dormían durante cuatro horas y luego se despertaban durante una o dos antes de caer en otro sueño de cuatro horas.
Aunque los científicos del sueño quedaron impresionados por el estudio, la idea de que debemos dormir ocho horas consecutivas se mantiene entre el público general.
En 2001, el historiador Roger Ekirch del Virginia Tech, publicó un artículo que resultó premonitorio -basado en 16 años de investigación- que revelaba una enorme cantidad de pruebas históricas de que los humanos solían dormir en dos tramos de tiempo diferentes.
Su libro "At Day’s close: Night in the past" (La noche en el pasado) se publicó hace cuatro años y desenterraba más de 500 referencias de patrones de sueño segmentados, que había encontrado en diarios, libros de medicina y literatura y notas de tribunales, desde La Odisea de Homero hasta reseñas antropológicas de tribus modernas en Nigeria.
Como en el experimento de Wehr, esas referencias describen un primer sueño que empieza unas dos horas después del anochecer, seguido por un periodo de una o dos horas de vigilia y por un segundo sueño.

La historia del sueño

Cuando el sueño era diferente

  • "Cumplió don Quijote con la naturaleza durmiendo el primer sueño, sin dar lugar al segundo, bien al revés de Sancho, que nunca tuvo segundo, porque le duraba el sueño desde la noche hasta la mañana, en que se mostraba su buena complexión y pocos cuidados".Miguel de Cervantes, Don Quijote (1615).
  • “Al despertar de tu primer sueño, deberás tener lista una bebida caliente y al despertar del siguiente sueño tus penas quedarán aplacadas”. Antigua balada inglesa, “Old Robin of Portingale”.
  • La tribu tiv de Nigeria utiliza los términos "primer sueño" y "segundo sueño" para referirse a partes específicas de la noche.
  • "Él lo sabía, ni siquiera en el horror con el que comenzó a partir de su primer sueño, y abrió la ventana para disiparlo con la presencia de algún objeto, más allá de la habitación, que no hubiera sido, por así decirlo, testigo de su sueño", Charles Dickens, "Barnaby Rudge" (1840).
"Lo relevante no es sólo una cantidad de referencias, es la manera en la que ellas se refieren a ese hecho, como si fuera algo conocido por todos", dice Ekirch.
Durante el periodo de vigilia, esas personas estaban bastante activas. A menudo se levantaban, iban al baño, fumaban y algunos incluso visitaban a los vecinos. La mayoría de las personas se quedaban en la cama, leían, escribían y rezaban.
Innumerables manuales de oraciones de finales del siglo XV ofrecían plegarias especiales para las horas de vigilia.
Y esas horas no eran completamente solitarias. La gente solía hablar con sus compañeros de cama o tener relaciones sexuales.
Un manual médico francés del siglo XVI incluso aconsejaba a las parejas que el mejor momento para concebir no era al final de un largo día de trabajo, sino "después del primer sueño", cuando "se disfruta más y se hace mejor".
Ekirch descubrió que las referencias al primer y segundo sueño empezaron a desaparecer a finales del siglo XVII. Esta tendencia se inicio en las clases altas de Europa del norte y a lo largo de 200 años se filtró al resto de la sociedad occidental.
Ya en 1920, la idea de un primer y segundo sueño había desaparecido por completo del imaginario colectivo.
Una de las razones de este cambio, según el experto, se debió a las mejoras en el alumbrado público, la llegada de la electricidad a las casas y la proliferación de salones de café, que en ocasiones estaban abiertos toda la noche.

Los "peligros" de la noche

Grabado del Museo Británico

Ekirch señala que este grabado de 1595 demuestra la actividad nocturna de la época.
A medida que la noche se convirtió en un momento legítimo para realizar actividades y la actividad nocturna aumentó, el tiempo que la gente dedicaba a descansar disminuyó.
En su nuevo libro, "Evening’s Empire" (El imperio del atardecer), el historiador Craig Koslofsky plantea una versión de cómo sucedió.
"Lo relativo a la noche, antes del siglo XVII, no era bueno", asegura. La noche era un momento poblado por personas de mala reputación, como criminales, prostitutas y borrachos.
"Incluso los ricos, quienes podían permitirse tener candiles, tenían cosas mejores en las que gastarse el dinero. No había prestigio ni ningún valor social asociado con estar despierto toda la noche".
Eso cambió en los albores de la Reforma y la Contrarreforma. Protestantes y católicos se acostumbraron a celebrar misas secretas por la noche durante los periodos de persecución.
Si anteriormente la noche había pertenecido a los depravados, ahora las personas "respetables" se habituaron a aprovechar las horas de oscuridad.
Esta tendencia se trasladó también al ámbito social, pero sólo en el caso de quienes podían permitirse tener luz artificial en casa.
Con la llegada del alumbrado a las calles, sin embargo, socializar por la noche empezó a extenderse a las clases sociales más bajas.

La revolución de la luz

Las etapas del sueño

Cada 60-100 minutos pasamos por un ciclo de cuatro etapas del sueño:
  • Etapa 1: estado de relajación entre estar despierto dormir. La respiración se hace más lenta y los músculos se relajan. La frecuencia cardíaca disminuye.
  • E tapa 2: sueño un poco más profundo. Podemos sentirnos despiertos estar dormidos sin saberlo.
  • Etapa 3 y Etapa 4, o sueño profundo: es muy difícil despertar de un sueño profundo, momento en que el cuerpo tiene su actividad más baja.
  • Después del sueño profundo, volvemos a la etapa 2 durante unos minutos y luego entramos en el sueño de los sueños -también llamada fase REM (movimiento ocular rápido) del sueño - que, como su nombre indica, es cuando se sueña.
En un ciclo de sueño completo una persona pasa por todas las etapas de uno a cuatro y luego por las etapas tres y dos, antes de entrar en el sueño el sueño.

Fuente: Gregg Jacobs

En 1667, París se convirtió en la primera ciudad del mundo con alumbrado público, que utilizaba cirios de cera en lámparas de cristal. Se le sumó Lille en el mismo año y Ámsterdam dos años después, donde se introdujeron unas lámparas de aceite más desarrolladas.
Londres no incorporó este servicio hasta 1684, pero para finales del siglo, más de 50 ciudades importantes de Europa ya tenían alumbrado nocturno.
La noche se puso de moda y pasar horas tumbado en la cama pasó a considerarse una pérdida de tiempo.
"Las personas tomaron cada vez más conciencia del tiempo y de la eficiencia antes del siglo XIX”, indica Ekirch. "Pero la revolución industrial intensificó esta actitud a grandes pasos".
Un diario médico de 1829, que apremiaba a los padres a acostumbrar a sus hijos a romper el patrón del primer y segundo sueño, es una prueba contundente de este cambio de actitud.
"Salvo en caso de enfermedad o accidente, no necesitarán más descanso que el que ofrece el primer sueño, que deberán acostumbrarse a terminar de forma natural a la hora normal".
"Y entonces, si vuelven a intentar dormirse, deberá enseñárseles que eso es una mala costumbre que no redunda en su beneficio".

Cambio de patrón

Hoy, la mayoría de las personas parecen haberse adaptado bastante bien a dormir ocho horas, pero Ekirch cree que muchos de los problemas del sueño tienen sus raíces en la preferencia del cuerpo humano por segmentar el sueño, así como en la omnipresencia de la luz artificial.
Esto, sugiere, podría ser el origen de un trastorno llamado "insomnio de mantenimiento", en el que los afectados se despiertan durante la noche y tienen problemas para volverse a dormir.
Esa condición fue descrita por primera vez en la literatura de finales del siglo XIX, al tiempo que el sueño segmentado desaparecía.
"Durante la mayor parte de nuestra evolución hemos dormido de una manera determinada", señala el psicólogo del sueño Gregg Jacobs. "Despertarse durante la noche es parte normal de la psicología humana".
La idea de que debemos de dormir en un único bloque podría ser perjudicial, dice, si eso hace que la gente se despierte por la noche ansiosa. Esa ansiedad, agrega, puede impedir a algunos volver a dormirse y es posible que se extienda al resto de la vida.
Russel Foster, profesor de neurociencia circadiana (sobre el reloj biológico) en la Universidad de Oxford comparte ese punto de vista.
"Muchas personas se despiertan por la noche con pánico", afirma. "Les digo que lo que experimentan es una reminiscencia del patrón de sueño partido".

Problemas del sueño

"Más del 30% de los casos a que se encuentran los médicos entroncan directamente o indirectamente con el sueño. Pero el sueño ha sido ignorado en la educación médica y hay muy pocos centros en los que se estudia"
Russel Foster, Universidad de Oxford
Pero la mayoría de los médicos todavía no reconocen que un sueño único de ocho horas puede no ser natural.
"Más del 30% de los casos que los doctores enfrentan radican directamente o indirectamente del sueño. Pero ese tema ha sido ignorado en la educación médica y hay muy pocos centros en los que se estudia", comenta.
Jacobs sugiere que los periodos entre sueños, en la época en que la gente se imponía periodos de descanso, podrían haber tenido un papel importante en la capacidad de los humanos para regular el estrés de forma natural.
En sus hallazgos históricos, Ekirch encontró que la gente usaba ese tiempo para meditar sobre sus sueños.
"Hoy empleamos menos tiempo en esas cosas", dice Jacobs. "No es una coincidencia que, en la vida moderna, el número de gente que padece ansiedad, estrés, depresión, alcoholismo o drogadicción haya crecido".
De modo que, la próxima vez que se despierte en mitad de la noche, piense en sus antepasados de la época preindustrial y relájese. Quedarse tumbado despierto puede ser bueno.

Fuente:BBC

sábado, 25 de febrero de 2012

Obligan a niña a correr hasta la muerte por comer chocolates a escondidas





Savannah Hardin, de 9 años, cayó deshidratada tras cumplir su castigo durante tres horas en su casa de Alabama. Su madre, acusada por el hecho, dio a luz a otro hijo horas después
El caso estremeció esta semana al condado de Etowah, Alabama, y aunque aún no están del todo claras las circunstancias que provocaron la muerte de la niña, todo apunta a su círculo familiar.
La clave del caso fue el relato de Roger Simpson, que vive cerca de la casa rodante en la que residía Savannah con su madre, Jessica Mae Hardin, y su padre, Robert Hardin. El hombre dijo que se sorprendió el lunes, cuando notó que la menor corría por el lugar.
Horas más tarde, llegó una ambulancia, pero él lo atribuyó al embarazo de la mujer.
Simpson supo luego que la emergencia no era por el niño que esperaba Jessica, sino porque ella pidió auxilio al ver que su hija había tenido un ataque y no respondía. Savannah sufrió una apoplejía. Llegó al hospital con un severo cuadro de deshidratación y murió dos días después. Su médico calificó el hecho como un "homicidio".
Las autoridades investigan ahora a su familia. Creen que el castigo a la niña fue impartido por su madre, luego de que ella mintiera a su abuela al decir que no había comido chocolates, algo que tenía prohibido por las dolencias en la vejiga que padecía.  
Jessica Mae Hardin, de 27 años, fue transferida el miércoles a una cárcel, dijo la vocera de la policía Natalie Barton. El fiscal del condado, Jimmie Harp, confirmó que dio a luz horas después de ser detenida.
Alabama requiere que las personas detenidas sean informadas de los cargos en su contra en la primera comparecencia ante el juez en un plazo de 72 horas. Por eso, Barton dijo que la audiencia tendrá lugar cuando la mujer sea dada de alta del hospital.

Fuente: El Publimetro